Creo en que la mayoría de nosotros alguna vez soñamos durante la carrera en fundar nuestra propia empresa al egresar, ser nuestros propios jefes y tener un éxito rotundo haciendo lo que más nos gusta hacer, yo personalmente lo soñaba…
No digo que el lograr esta meta sea imposible, porque es bien sabido que alrededor del mundo hay miles de casos de éxito de jóvenes emprendedores que se han transformado en reconocidos empresarios, el reto radica en la raíz del emprendimiento, cuando uno opta en buscar desarrollar su idea de negocio a algo tangible muchas personas durante el camino tratarán de persuadirnos en que la mejor opción es ser empleado de una empresa, recibir sueldo seguro, prestaciones etc… lo cual tampoco digo sea malo, para nada, pero es aquí donde comienza el reto por las dificultades que uno enfrenta al momento de emprender, yo tengo la teoría personal de que se atraviesan 3 etapas, la primera es el enfrentamiento con nuestros amigos, así es, amistades cercanas que al momento en el que les platicamos nuestra idea no hacen más que burlarse o tirarnos de soñadores, o simplemente no creerán en nuestro proyecto, etapa clave en este proceso, por lo que hay que ser fuertes y pacientes, después nos enfrentaremos a las posibles críticas o comentarios de familiares y/o nuestra pareja, tales como: “ya llevas tiempo con esto y aún no rinde frutos, mejor busca algo seguro”… esta faceta es una de las más difíciles pero no es la más complicada, ya que después de sobrepasar estas pruebas de la primer etapa sigue la más compleja, el duelo personal, llega un momento en el que empezamos a dudar de nosotros mismos, si lo que estamos haciendo es lo mejor para nuestro futuro, si rendirá frutos, si vamos a lograr el éxito personal y profesional, es en este punto en el que debemos permanecer fuertes y fieles a nuestros ideales, no perder de vista el objetivo y continuar en la lucha, ya que en este paso muchos emprendedores deciden renunciar a todo.
La segunda etapa es la cuestión económica, generalmente cuando iniciamos pues no contamos con el suficiente capital para desarrollar por completo nuestro modelo de negocio, por lo que comenzamos a buscar créditos, apoyos gubernamentales, socios capitalistas, etc… lo complejo en esta etapa es el lograr conseguir este tipo de financiamientos y que instituciones bancarias o inversionistas crean en el proyecto, claro está que para esto se desarrollan proyecciones financieras con la intención de poder presentar los mejores escenarios para conseguir el capital, suponiendo que todo sale como esperábamos y logramos llegar a la tercera etapa, ya tenemos la seguridad y confianza en nosotros mismos para llevar a cabo el proyecto, ya contamos con el capital inicial para comprar, rentar, invertir o lo que sea necesario para arrancar, pero en la mayoría de las situaciones nos llegamos a topar con que no conocemos la manera en llegar a nuestro mercado meta, en qué medios nos vamos a publicitar, convencionales, no convencionales, impresos, digitales, medios masivos de comunicación, outdoor, bien dicen que zapatero a sus zapatos, desde un inicio en el que piensas en emprender un negocio se debe considerar en invertir en el desarrollo de una imagen y concepto de calidad, necesitas impactar y ser recordado para generar ventas, sobre todo cuando comienzas, o el caso contrario, si eres mercadólogo, publicista o administrador y sabes de este tema tomarás la decisión de no invertir “porque lo puedes hacer tu mismo”, sólo recuerda que cuando uno inicia tiene que desempeñarse en todas las áreas, volviéndose un todólogo y el que mucho abarca poco aprieta, entonces todo eso que creíste que podrías hacer tu mismo se deja de hacer porque simplemente el tiempo no te da para más, es importante que aprendamos a delegar y apoyarnos con más expertos y especialistas de las áreas en las que no somos fuertes y carecemos de conocimientos.
Cada uno de nosotros tenemos objetivos distintos en la vida, hay personas que deciden emprender y existen otras que prefieren el laborar para alguna empresa, no hay opción correcta e incorrecta y si decides emprender déjame decirte que no hay camino fácil, no me queda más que decirte que disfrutes el proceso, goza la aventura y no temas en salir de tu zona de confort.